domingo, 9 de octubre de 2011

Diga treinta y tres.

(Publicado en facebook el 29/08/2011)

     Pocos regalos hacen tanta ilusión como aquellos que no te esperas. Suelen ocurrir raras veces, pero algunos dejan huella…

      No recuerdo exactamente si fue por mi cumpleaños o por mi santo, pero se me acercó con una sonrisa inmensa, y entusiasmada me dijo:

-¡Te va a encantar!

      Es posible que ni fuera envuelto, era un ejemplar de ‘1984’ de Destinolibro, algo viejo, probablemente de cualquier mercadillo de libros de saldo, y lo recibí con extrañeza, pero lo guardé con cariño.

      Aquel verano era uno de los últimos del instituto, o quizás de los primeros de la universidad.

       En cualquier caso, unos meses después decidí leerlo y se convirtió en una de mis novelas favoritas, de la que me sorprendieron a partes iguales tanto la visión en mi opinión tan lúcida y vigente que de la sociedad que tenía el autor; como lo acertado del título, pues escrita la novela en 1948, bastaba darle la vuelta a las dos últimas cifras para recrear en su momento un futuro no muy esperanzador, como en el que en la actualidad vivimos…

       Por ser treinta y tres capicúa, daba para pocos juegos de este tipo, pero fue la primera cifra que se me ocurrió bromeando con mi prima Victoria no mucho tiempo después, sobre la edad en que respectivamente nos casaríamos. Supongo que veintitantos dijo ella y cuando la dije, mi cifra se me quedó grabada en la mente como algo relativamente lejano e incierto (quizás en aquel momento faltaba más de una década)…

       Y han pasado los años arrugando (y confundiendo) los distintos calendarios en esa cartera asquerosica que llevo siempre llena también de cantidad de entradas viejas, resguardos de denuncias de pérdidas de DNI’s, tickets y recibos varios……; hasta ahora.

        Los que más me conocéis sabéis de mi poca afición a celebrar nada en lo que yo sea protagonista, y mucho menos mi cumple, pero para mí por todo lo comentado ‘33’ es el futuro, y llevo ya unas semanas pensando si era esto lo que me imaginaba, y la verdad es que mentiría si dijera que no es así, pues siempre a mi velocidad y fiel a mí mismo (eufemismo de ‘terco como una mula’), voy viviendo todo lo que esperaba….

      ¿Y ahora? Supongo que toca inventarse un futuro nuevo.

      Quizás por lo del ‘84’, ‘48’ no suena del todo mal…..

     ¿Cómo estaré con 48? ¿Me habrá pasado antes factura soñar despierto? ¿Canas? ¿Familia propia? ¿Seguirá mi megane verde manzana con mi mecánico de cabecera? ¿Se parecerá mi sobri a mí? ¿Me iré unos años a vivir fuera? ¿Año tras año, se me seguirán secando las drácenas? ¿Y mis peregrinaciones al Sonorama? ¿Seguiré manteniendo una cohabitación pacífica con mis hormigas…….?

      Espero descubrirlo con vosotros……

      Besos y abrazos.

      Santi.

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