Una promesa siempre es una promesa, aunque se cumpla siete siglos y medio después.
Aunque
supongo que algunos de vosotros ya conoceréis parte de la fascinante historia
de la bella princesa nórdica, me gustaría compartir con el resto unas pocas
líneas acerca de su vida, de la que pude tener conocimiento en una reciente
visita guiada al municipio burgalés que sería en el siglo X capital del
infantado de Castilla, la villa de Covarrubias. Sumando a lo que aprendí en mi
viaje lo que he podido leer a mi vuelta os cuento:
En el año 1958 estudiando los sepulcros de la
Colegiata de San Cosme y San Damián en dicha villa, apareció el cadáver
momificado de una mujer con los cabellos rubios intactos, de una altura (poco
más de 1,70 m) inusual para las mujeres castellanas de siglos anteriores.
Como indicadores de su alta alcurnia, aparecieron joyas y estaban también
incorruptos ropajes con restos de bordados de oro y piedras
preciosas.
Se trataba de la princesa Kristina de
Noruega, hija del rey Haakon IV de Noruega y nacida en el año 1234 en la
localidad noruega de Bergen.
Según nos explicó la guía, vino a
Castilla como fruto del acuerdo de nuestro entonces rey Alfonso X (aconsejado
por su abuela Berenguela la Grande) con su padre Haakon allá por el año 1257. En primera
instancia venía para casarse con nuestro rey, quien casado desde hacía años con
Violante de Aragón (hija de Jaime I de Aragón, que en el momento de casarse con
él tenía diez años) no conseguía tener descendencia (legítima, pues ilegítima
ya tenía) y estaba a punto de repudiarla. De esta manera se afianzaban
las relaciones comerciales y estratégicas entre las dos coronas, tal y como era
habitual en la época.
Así,
acompañada por un embajador de su país, partió con veintitrés años el verano de
ese mismo año la bella princesa desde su país (Tönsberg, cerca de Oslo) en un
viaje que le llevaría junto con un séquito de más de cien personas, en una nave
vikinga de remo y vela (cargada de un valioso cargamento de oro, plata, pieles
preciosas que constituían su dote ), desde su país hasta Inglaterra (el
puerto inglés de Yarmouth), para después cruzar el Canal de la Mancha hasta
Francia (Normandía), donde comprarían caballos para continuar el viaje y entrar
a nuestro país desde Cataluña. Ya en nuestros territorios sería recibida con
todos los honores por numerosas comitivas allá por donde pasaba, en particular
por el Conde de Gerona (que la recibió con trescientos hombres), y por el
propio Jaime I el Conquistador de quien según se cuenta cayó rendido a sus pies
y con escaso éxito le propuso matrimonio. También pasaría por Soria, donde fue
recibida el 22 de diciembre por el obispo de la ciudad y por el infante Don
Luis. Finalmente pasó la Nochebuena en Burgos, tras atravesar Palencia y poco
antes de entrar en Valladolid salió a recibirla el propio Alfonso X con todos
los honores correspondientes a su linaje, para entrar juntos en la ciudad el 4
de Enero de 1258.
Al parecer, (y en esto hay fechas que no
coinciden), para cuando llegó la todavía esposa de Alfonso X, Violante de
Aragón ya estaba embarazada, por lo que para solventar honrosamente el
desaguisado, nuestro entonces rey le ofreció elegir para casarse entre sus tres
hermanos casaderos (Fadrique, Sancho y Felipe). Eligió al que había sido
arzobispo de Sevilla, Felipe de Castilla, se casaron en Valladolid el 31 de
marzo de 1.258, y se trasladaron a vivir a Sevilla. En aquella ciudad moriría sin descendencia
cuatro años después.
Si como
yo, tenéis curiosidad por el tema, podréis leer que aunque no está documentado,
en la mayoría de los casos se habla de que murió de tristeza, de añoranza
de su lejana tierra, y en definitiva de no adaptarse a un entorno tan
diferente al suyo. También podría haber muerto de meningitis (en su
sarcófago se encontró una receta para tratar el mal de oído con "xugo de
ajo"), e incluso algunos
historiadores especulan con la posibilidad de que fuera envenenada por Violante
(que tenía antecedentes por anteriormente ya haber envenenado por envidia y
celos a su propia hermana Constanza), por haber estado secretamente enamorada
de Alfonso X desde que salió a recibirla y en resumen, no soportar su presencia
en el reino. Finalmente fue enterrada en la ya citada Colegiata de San
Cosme y San Damián de Covarrubias, por haber sido abad de aquel lugar su esposo
Felipe.
En
cualquier caso, su figura cayó en el olvido hasta que se abrió su sepulcro. Después
de aquello, en un tremendo gesto de humanidad, el párroco de Covarrubias viajó
a la ciudad de Tönsberg y entregó una
réplica del sepulcro con trozos del vestido, siendo acogido el gesto con
profundo agradecimiento por los vecinos de la localidad.
Años más tarde, en 1992, se creó la
Fundación Princesa Kristina de Noruega, cuyo patronato hispano-noruego, en colaboración con
la Junta de Castilla y León, además del colaborar y fomentar las ya excelentes
relaciones entre España y Noruega, se marcó como principal objetivo cumplir la
promesa de construir una capilla en su nombre que le hizo el infante Felipe de
Castilla a la princesa tras su boda y que no fue cumplida en su momento
por su prematura muerte.
Estatua
de la princesa en Covarrubias. (Brit
Sørensen,1978)
Fuente
fotografía: Wikipedia.
Finalmente, el pasado 18 de septiembre
de 2011 se inauguró en Covarrubias la capilla de San Olav, y como no puede
ser de otra manera si vais por allí por esas fechas cualquier año, no os debe
extrañar ver una auténtica feria hispano-noruega ('Notas de Noruega.'),
con multitud de visitantes de ambos países, transformando en nórdica con
abundante decoración y también entre comida, música y bebida noruegas nuestra
antaño capital castellana.
Espero
que os haya gustado esta preciosa historia, y si no lo habéis hecho ya, podéis
leer sobre el tema alguna de las escasas obras en castellano, entre las que destacan
por su impacto mediático la reciente novela ‘La flor del Norte.’ de Espido Freire (publicado
en 2011), o la también novela ‘Los escarpines de Kristina
de Noruega.’ de Cristina Sánchez-Andrade (publicada en 2010).
Y es
que como yo, ambas autoras quedaron fascinadas por la más que intrigante vida de la belleza serena de ojos tristes.
Que bonita historia
ResponderEliminarEso mismo pensé yo cuando me la contaron. En vacaciones leeré algún libro de lso citados. :)
ResponderEliminar